La serie entre los Pacers de Indiana y los Knicks de New York comenzó con un partido que será difícil de olvidar. En un ambiente eléctrico como el del Madison Square Garden, los Pacers se negaron a rendirse cuando todo indicaba que el triunfo sería local.
Tyrese Haliburton empató el juego con un tiro agónico, y luego en el tiempo suplementario, Indiana completó una remontada histórica que dejó sin palabras a la afición neoyorquina. El triunfo 138-135 pone a los Pacers con ventaja y les permite soñar con las Finales.
Una Remontada Que Rompe la Lógica
Los Knicks ganaban por 14 puntos cuando quedaban menos de tres minutos de partido. Cualquier equipo en ese escenario pensaría en cerrar el encuentro, enfriar la bola y cuidar la ventaja. Pero Indiana no bajó los brazos. Aaron Nesmith, con una noche impecable desde la línea de tres, comenzó a descontar con tiros certeros, mientras los Knicks se enredaban con la presión y no encontraban respuestas.
Lo que parecía un trámite para Nueva York se convirtió en un juego nuevo cuando Haliburton, en medio de una jugada desordenada y casi perdiendo el control del balón, recuperó el ritmo y clavó un tiro en suspensión al límite del reloj. Fue un lanzamiento que botó alto en el aro antes de caer, justo cuando se acababa el tiempo. Aunque parecía de tres, la repetición mostró que pisó la línea, por lo que valió dos puntos, los necesarios para empatar.
Ese cierre dramático no solo rompió la lógica, también rompió una estadística que parecía intocable: los equipos que perdían por 14 o más puntos a falta de menos de tres minutos, nunca habían ganado en 970 intentos. Hasta ahora.
Haliburton Y Nesmith, Protagonistas Con Carácter
Tyrese Haliburton volvió a ser el líder que Indiana necesita en los momentos importantes. Terminó con 31 puntos y 11 asistencias, pero más allá de los números, dejó claro que su confianza nunca se rompe. Después de empatar el partido, celebró con un gesto que recordó a la leyenda de los Pacers, Reggie Miller, en otro histórico enfrentamiento ante los Knicks. Haliburton entendió el escenario, el momento y el peso simbólico de ganar en el Madison.
Por su parte, Aaron Nesmith tuvo posiblemente el mejor partido de su carrera. Aportó 30 puntos, incluyendo ocho triples, y anotó 20 de esos puntos en el último cuarto. Su precisión en los minutos finales fue lo que mantuvo viva a Indiana cuando parecía que todo estaba perdido. En un equipo sin grandes estrellas mediáticas, Nesmith se colocó como un jugador determinante, con nervios de acero.
Ambos se combinaron para darle un giro total al partido, con ayuda también de un colectivo que no dejó de pelear ni un solo balón. Ese espíritu competitivo fue lo que finalmente inclinó la balanza en la prórroga.
Un Madison Lleno de Historia Y Frustración
El Madison Square Garden vivió una noche de emociones intensas. La ilusión del público neoyorquino era enorme. No solo por estar en las Finales del Este por primera vez desde el año 2000, sino porque sentían que tenían un equipo con la energía y el carácter para llegar lejos. Jalen Brunson volvió a ser el alma del equipo, con 43 puntos, pero no fue suficiente.
La afición, que rugía como en los tiempos de Reed o Starks, vio cómo la historia se les escapaba entre los dedos. La derrota fue dura no solo por lo inesperada, sino porque se dio en un contexto donde todo estaba bajo control. Cuando los Knicks parecían tener todo cerrado, los errores, las pérdidas y la falta de ejecución los hundieron. Ni siquiera un buen juego de Karl-Anthony Towns (35 puntos y 12 rebotes) alcanzó para sostener el resultado.
Para un equipo con tanta tradición y presión externa, perder de esta manera puede afectar más de lo normal. Ahora deberán responder en el segundo partido para evitar que la serie se incline completamente hacia Indiana.
Carlisle Y Thibodeau, Un Duelo de Estilos
Esta serie también enfrenta dos formas opuestas de ver el baloncesto. Tom Thibodeau confía casi ciegamente en su quinteto principal, usa muy pocas rotaciones y exige mucho en defensa. Su estilo puede ser efectivo, pero también tiene el riesgo de desgastar físicamente a sus jugadores en una serie larga.
Rick Carlisle, en cambio, ha demostrado una capacidad notable para adaptarse. En este primer partido apostó por una ofensiva más libre y una defensa flexible. Supo cuándo dejar que Haliburton se hiciera cargo, y también cuándo darle espacios a otros como Nesmith. El planteamiento de Carlisle permitió que Indiana se mantuviera en juego incluso en los momentos más complicados.
Será interesante ver cómo evoluciona esta batalla táctica. Por ahora, Carlisle tomó la delantera en una serie que promete mucha más emoción.
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— Betcris (@Betcris) May 21, 2025
Los Pacers, Con Paso Firme Y Memoria Ganadora
Esta no es la primera vez que Indiana remonta en playoffs. Ya lo hicieron en la primera ronda contra Milwaukee y en la segunda ante Cleveland. El equipo parece haber encontrado una fórmula que combina energía, convicción y momentos de inspiración individual. Haliburton es el motor, pero todos suman.
Además, la historia parece estar de su lado. En 2000, la única vez que los Pacers llegaron a las Finales de la NBA, también vencieron a los Knicks. Ese antecedente, aunque lejano, añade un condimento especial a esta eliminatoria.
Con la victoria en el Juego 1, Indiana ya hizo lo que tenía que hacer: robar un partido como visitante. Ahora jugarán con la tranquilidad de haber cumplido con ese objetivo y con la confianza que da haber ganado un partido que parecía perdido.
El segundo capítulo se jugará mañana por la noche, y los Knicks tendrán que demostrar que pueden recuperarse ante un rival que no perdona errores. Por lo visto hasta ahora, los Pacers no solo están en la pelea: quieren escribir su propia historia en estas Finales del Este.