El viernes por la noche, el Madison Square Garden vivió una de sus jornadas más memorables en mucho tiempo. Los Knicks de New York vencieron con autoridad a los Celtics de Boston por 119-81 en el sexto partido de la serie, asegurando así su pase a las finales de la Conferencia Este por primera vez desde el año 2000. La diferencia en el marcador no solo reflejó una superioridad clara, sino que también igualó la mayor ventaja que han conseguido en toda la temporada.
Jalen Brunson y OG Anunoby lideraron el ataque con 23 puntos cada uno, mientras que Mikal Bridges y Karl-Anthony Towns aportaron 22 y 21, respectivamente. Seis jugadores del equipo anotaron más de diez puntos, pero más allá del ataque, lo que realmente destacó fue la intensidad defensiva. Los Knicks supieron frenar a unos Celtics que, pese a la baja de Jayson Tatum, aún tenían aspiraciones de alargar la serie.
La Defensa, El Corazón Del Triunfo
Los Knicks venían de tres partidos complicados en defensa, donde permitieron más de 129 puntos por cada 100 posesiones. Pero todo cambió en este sexto encuentro. El equipo mostró una versión completamente diferente, frenando a Boston en cada intento. Hasta el tercer cuarto, los Celtics apenas habían anotado 51 puntos en 69 posesiones. Fue, sin duda, la mejor actuación defensiva de la temporada para Nueva York.
La clave estuvo en cortar el juego rápido de los Celtics y evitar triples cómodos. La defensa en transición fue sólida y bien organizada. Mitchell Robinson jugó un papel importante en este aspecto. Aunque solo estuvo 13 minutos en cancha, su impacto fue evidente. Durante su tiempo en juego, los Knicks superaron a los Celtics por 20 puntos. Fue un ejemplo de cómo cada pieza del equipo entendió su rol.
Más allá de la buena defensa, los Knicks también mostraron una gran cara en el ataque. No dependieron exclusivamente de Brunson, sino que el juego se repartió bien entre varios jugadores. OG Anunoby, Mikal Bridges y Karl-Anthony Towns tuvieron actuaciones destacadas. Aunque Towns no estuvo preciso desde la línea de tres, se mantuvo activo cerca del aro y ayudó a que los Knicks dominaran la pintura.
Además, Josh Hart firmó su primer triple-doble en playoffs con 10 puntos, 11 rebotes y 11 asistencias, mostrando su versatilidad y compromiso. El equipo ganó en intensidad, movilidad y efectividad, demostrando que cuando todos aportan, el resultado puede ser contundente.
Una Victoria Sin Sufrimiento, Por Fin
Hasta este partido, la mayoría de las victorias de los Knicks en estos playoffs habían sido sufridas. Seis de las siete anteriores se resolvieron por tres puntos o menos en los últimos cinco minutos. Pero esta vez fue diferente. Desde el segundo cuarto, el partido ya parecía sentenciado. Nueva York logró mantener una ventaja cómoda y la amplió sin permitir reacciones del rival.
El técnico Tom Thibodeau no quiso arriesgar y mantuvo a varios titulares en cancha hasta que el reloj marcaba menos de cinco minutos. Los Celtics, en cambio, bajaron los brazos antes de que terminara el tercer cuarto. El ambiente en el Garden fue de fiesta y celebración durante toda la segunda mitad.
El próximo rival de los Knicks será un viejo conocido: los Indiana Pacers. Curiosamente, fue ese mismo equipo el que los enfrentó en su última aparición en unas finales del Este, hace 25 años. El primer partido se jugará el miércoles por la noche, nuevamente en Nueva York.
El equipo llega en un buen momento, con la confianza en alto y sin lesiones graves. Haber cerrado la serie en seis partidos les da un margen de descanso importante. Ahora, con el apoyo de su afición, los Knicks buscarán dar un paso más hacia las Finales de la NBA.
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Una Temporada Que Ya E Histórica
Independientemente de lo que suceda contra Indiana, esta campaña ya quedará marcada en la historia reciente de los Knicks. Han pasado más de dos décadas desde que la franquicia vivió momentos como este, y la ciudad lo está disfrutando como se merece. La conexión entre jugadores, cuerpo técnico y aficionados se siente fuerte, y eso puede ser clave para lo que viene.
Jalen Brunson resumió bien el sentimiento del grupo: “Fue una gran actuación, pero aún sentimos que nos queda mucho por hacer”. Con esa mentalidad, los Knicks seguirán peleando para que esta historia tenga un final aún más feliz.