Oklahoma City recuperó terreno en la serie ante los actuales campeones con una victoria muy trabajada en Denver. En un partido marcado por el cansancio, las defensas intensas y un bajo porcentaje de tiro, el equipo más joven de la NBA encontró la manera de hacer lo justo en los momentos clave. Liderados por Shai Gilgeous-Alexander, quien sumó 25 puntos, y respaldados por una banca que respondió cuando más se necesitaba, el Thunder ganó 92-87 en el cuarto partido para igualar la serie 2-2.
El Ball Arena fue testigo de un juego más físico que vistoso, en el que el cansancio acumulado de ambas escuadras tras el intenso tercer juego del viernes pesó durante los 48 minutos. Pero mientras Denver cometía errores en los momentos decisivos, Oklahoma City supo mantenerse firme. Ahora, la serie regresa a casa del Thunder, donde se definirá si esta victoria marcó un cambio real o solo fue un mal día para los Nuggets.
Un Inicio Difícil de Digerir
El primer cuarto fue todo menos atractivo. Denver apenas pudo anotar ocho puntos, una cifra que habla del nivel de desconexión ofensiva en el arranque. El Thunder tampoco brilló, pero logró cerrar los primeros doce minutos con una ligera ventaja. Entre ambos equipos solo sumaron 25 puntos en ese periodo, reflejo de un partido trabado, con malas decisiones en ataque y un ritmo muy bajo.
El cansancio tras el juego de tiempo extra del viernes fue evidente. Con un descanso corto y un horario poco habitual para un juego de playoffs, el impacto se notó desde el salto inicial. Los jugadores lucían lentos, las piernas pesadas, y los tiros no entraban. La lucha se dio más en el cuerpo a cuerpo que en la estrategia. Sin embargo, Oklahoma City logró mantener una leve ventaja al medio tiempo: 42-36.
La rotación más amplia del Thunder también fue un factor. El técnico Mark Daigneault apostó por dar minutos a jugadores de la segunda unidad, buscando oxigenar a sus titulares. Esa decisión sería clave más adelante, pero en los primeros dos cuartos, el juego fue un reflejo del esfuerzo acumulado y de lo exigente que ha sido la serie para ambos.
La Banca Hace la Diferencia
Cuando parecía que Denver tomaría el control del juego en el último cuarto, apareció la profundidad del Thunder. Abajo por ocho puntos, Oklahoma City armó una racha de 11-0 liderada por sus suplentes. Cason Wallace encestó dos triples, Aaron Wiggins añadió otro, y la energía del banquillo cambió el rumbo del partido. Fue un impulso inesperado, pero necesario, en un juego donde las estrellas estaban muy bien defendidas.
El segundo triple de Wallace sirvió para que Oklahoma City se pusiera al frente definitivamente. En un partido donde cada punto contaba, ese momento fue decisivo. A partir de ahí, el Thunder manejó mejor el cierre, cuidó el balón y respondió en defensa. La banca no solo encendió la chispa, también demostró que esta escuadra no depende exclusivamente de su quinteto titular.
Mientras tanto, Denver pareció quedarse sin respuestas. La rotación corta de los Nuggets, con varios jugadores acumulando muchos minutos, terminó por pasar factura. El equipo mostró señales de agotamiento y cometió errores impropios de una plantilla con experiencia de campeonato, incluyendo una violación de cinco segundos en un saque durante los instantes finales.
Shai Aparece Cuando Más Se Necesita
Aunque no tuvo su mejor noche en cuanto a porcentajes, Shai Gilgeous-Alexander apareció en el momento justo. Nueve de sus 25 puntos llegaron en el último cuarto, cuando el Thunder necesitaba alguien que cerrara el juego. Su capacidad para absorber el contacto, atacar el aro y mantener la calma fue determinante para que Oklahoma City se llevara el triunfo.
Shai no forzó de más. Supo cuándo ceder el balón y cuándo tomar responsabilidad. Aunque sus números no fueron espectaculares, mostró liderazgo y temple. En una noche en la que pocos jugadores brillaron, él fue de los pocos que supo cómo encontrar huecos y castigar a la defensa rival en los minutos decisivos.
Por el otro lado, Nikola Jokic también sumó buenos números con 27 puntos y 13 rebotes, pero apenas repartió tres asistencias. Fue su marca más baja en lo que va de estos playoffs. Además, Denver continúa sufriendo con las pérdidas de balón, ya que el serbio acumula 23 en la serie. El desgaste parece estar afectando incluso a su mejor jugador.
El Factor Emocional Se Iguala
Uno de los factores que más podía inclinar la serie a favor de Denver era la experiencia. Con un anillo reciente, y jugadores acostumbrados a momentos grandes, parecía que los Nuggets podrían imponer su jerarquía. Pero este cuarto juego dejó claro que el Thunder está aprendiendo rápido. Supieron reponerse a una derrota dolorosa en tiempo extra y, en menos de dos días, dieron un paso adelante en una cancha difícil.
Mark Daigneault lo explicó de forma sencilla: cada golpe que recibe el equipo y logra superar, lo hace más fuerte. Oklahoma City está ganando experiencia a pasos acelerados, y este triunfo es prueba de ello. La confianza con la que jugaron el último cuarto, pese a estar en desventaja, habla de un grupo que no se deja intimidar.
La serie está empatada, pero el impulso parece haberse movido del lado del Thunder. El siguiente juego será en Oklahoma City, y será ahí donde se sabrá si los de casa pueden aprovechar su momento o si Denver, herido pero con orgullo, encuentra la forma de responder. Lo único seguro es que el margen de error se reduce y los detalles serán cada vez más importantes.
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— Betcris (@Betcris) May 11, 2025
¿Cambio de Tendencia?
Después de este cuarto juego, es imposible no preguntarse si se viene un giro en la serie. Oklahoma City mostró carácter y profundidad, mientras que Denver exhibió señales claras de cansancio y falta de reacción en momentos clave. La defensa del Thunder incomodó a los tiradores de los Nuggets, y la falta de eficacia desde la línea de tres fue un obstáculo del que no pudieron recuperarse.
En un duelo que se definió más por el esfuerzo que por el talento, Oklahoma City fue más inteligente en el cierre. Denver, que suele destacarse por su capacidad de definir partidos apretados, esta vez se vio superado. Los errores en la recta final pesaron, y la falta de frescura se notó en sus principales figuras.
Ahora el desafío será para ambos. El Thunder buscará mantener la intensidad y aprovechar el factor local, mientras que los Nuggets tendrán que ajustar su rotación y encontrar una forma de dosificar el desgaste. Lo que está claro es que la serie está viva, el empate en el marcador le da nuevo aire al duelo, y los aficionados pueden esperar más emociones en los juegos que vienen.
