El París Saint-Germain dio el primer golpe en una serie de semifinales intensa, al imponerse por la mínima en su estadio ante un Arsenal que dominó durante largos tramos, pero volvió a chocar con su eterna falta de gol. Un tanto tempranero de Ousmane Dembélé definió un duelo que deja todo abierto para la vuelta, aunque con los parisinos dando un paso firme hacia la gran final de la Champions League.
Gol Tempranero, Ventaja Estratégica
Apenas comenzado el encuentro, Ousmane Dembélé apareció para cambiar el rumbo del partido. El atacante francés aprovechó un desajuste defensivo del Arsenal y clavó el balón al fondo de la red en el minuto 4. Ni Timber ni Rice lograron cerrar el espacio, y el PSG se adelantó antes de que el partido tomara forma. Ese gol, aunque solitario, fue suficiente para marcar diferencias en una noche en la que el cuadro local se mostró sólido y eficaz.
Con la ventaja a su favor, el PSG se dedicó a hacer lo que mejor ha aprendido bajo la dirección de Luis Enrique: controlar el ritmo, cortar espacios y forzar al rival a tomar decisiones complicadas en campo contrario. El gol de Dembélé no solo significó ponerse arriba en el marcador, sino también condicionar a un Arsenal que debía asumir riesgos desde muy temprano.
El PSG no fue abrumador en ataque, pero sí calculador. Tuvo incluso el segundo gol cerca, aunque no logró ampliar la diferencia. Aun así, la solidez defensiva y el manejo inteligente del tiempo de partido le permitieron conservar una ventaja que, en este tipo de instancias, vale oro.
Arsenal Dominó, Pero No Concretó
El equipo de Mikel Arteta no jugó un mal partido. De hecho, tuvo el balón más tiempo, generó llegadas claras y mostró personalidad incluso en un escenario complicado como el Parque de los Príncipes. Sin embargo, volvió a sufrir de un problema que lo ha acompañado durante la temporada: la falta de contundencia en el área rival.
Martinelli y Trossard, encargados de llevar peligro por las bandas, tuvieron varias oportunidades importantes. Pero cuando no fue Donnarumma el que salvó al PSG, fue la falta de precisión lo que impidió el empate. Las ausencias de nombres como Havertz y Gabriel también se notaron, y dejaron al equipo sin su once habitual en un momento clave.
Arteta lo intentó con los recursos disponibles, pero la delantera no estuvo a la altura de una semifinal europea. El Arsenal propuso, buscó por fuera e intentó por dentro, pero se topó una y otra vez con una defensa bien organizada y un mediocampo parisino que trabajó incansablemente para cortar líneas de pase.
Vitinha, El Motor Silencioso Del PSG
Más allá del gol de Dembélé, hubo otro nombre que brilló sin tanto protagonismo mediático: Vitinha. El mediocampista portugués fue el eje del PSG, distribuyendo, marcando y leyendo el partido con una inteligencia admirable. Su rendimiento fue clave para sostener la ventaja y frenar al Arsenal en los momentos más complicados.
Vitinha mostró equilibrio. Cuando tocaba defender, se multiplicaba en coberturas. Cuando el PSG recuperaba la pelota, él era el encargado de armar las transiciones. En muchos tramos del encuentro, pareció que tenía el mapa completo del partido en su cabeza. Fue, sin exagerar, el termómetro del equipo francés.
Luis Enrique ha sabido sacarle el mejor rendimiento al joven portugués, y el partido ante el Arsenal fue una muestra clara de cómo un mediocampista bien ubicado puede marcar diferencias incluso sin goles ni asistencias.
Un Arbitraje Que Dejó Dudas
El trabajo del árbitro, el esloveno Slavko Vincic, fue uno de los puntos comentados tras el partido. Sin ser determinante en el resultado final, su criterio generó malestar en el conjunto inglés. Varias interrupciones innecesarias cortaron el ritmo del juego justo cuando el Arsenal ganaba terreno, y una tarjeta amarilla a Bukayo Saka tras una acción aparentemente limpia dejó a muchos con dudas.
Aunque no hubo errores graves, sí se percibió una tendencia a parar el juego constantemente, algo que benefició al PSG, que manejaba la ventaja. En este tipo de encuentros, donde los detalles marcan el rumbo, un arbitraje más fluido podría haber dado otra dinámica al cierre del partido.
Arteta, sin protestar públicamente, dejó entrever su molestia. En una eliminatoria tan pareja, el control del tiempo y el ritmo es tan importante como la posesión o las ocasiones generadas, y ahí el Arsenal sintió que algo se le escapó.
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— Betcris (@Betcris) April 30, 2025
La Vuelta en Londres Promete Más Tensión
Con la serie abierta, el Emirates será testigo de una vuelta cargada de emociones. El PSG llegará con ventaja, pero sabiendo que un gol del Arsenal puede cambiarlo todo. La necesidad de los ingleses por marcar los obligará a salir con una actitud ofensiva desde el arranque, mientras que los parisinos seguramente buscarán repetir su fórmula: orden atrás y precisión arriba.
Arteta tiene mucho que pensar. Más allá del estilo y la idea, su equipo necesita efectividad. La falta de gol ha sido su gran obstáculo, y si quiere llegar a la final, deberá encontrar soluciones concretas en los metros finales. ¿Apostará por Gabriel Jesus desde el inicio? ¿Habrá alguna sorpresa táctica?
Del otro lado, Luis Enrique sabe que un gol como visitante puede dejar la serie casi liquidada. El PSG tiene argumentos para resistir y para atacar. Con Dembélé inspirado, Vitinha en gran nivel y un equipo cada vez más maduro, los parisinos están más cerca que nunca de volver a una final europea.