Volver a unas semifinales de Champions siempre es especial, pero cuando se hace sufriendo hasta el último minuto, la sensación es distinta. El FC Barcelona está entre los cuatro mejores equipos de Europa otra vez, aunque no por su mejor noche.
El equipo de Hansi Flick cayó 3-1 en el Signal Iduna Park frente a un Borussia Dortmund que lo superó ampliamente, pero la ventaja de 4-0 conseguida en la ida fue suficiente para sellar el pase. A pesar de la derrota, la eliminatoria quedó 5-3 a favor del conjunto blaugrana, que no tuvo un partido nada cómodo y que terminó pidiendo la hora.
Un Arranque Desordenado Y Sin Respuestas
Desde el primer minuto, el Dortmund dejó claro que iba a luchar hasta el final. Salieron con una presión alta, bien organizados y con una energía que desbordó al Barça por completo. En menos de diez minutos, ya se habían acercado varias veces al área de Szczesny, quien no tuvo respiro en toda la primera mitad.
El primer gol llegó tras una revisión del VAR que confirmó un penal por una falta del portero culé sobre Gross. Guirassy lo transformó con tranquilidad y encendió la ilusión alemana.
El equipo de Flick, que había dado descanso a Pedri y reservado a Iñigo Martínez, se mostró incómodo, sin control del juego y con muchas pérdidas de balón. El dominio era completamente local y solo la falta de puntería evitó que el marcador fuese más abultado al descanso. El Barça no tuvo ni un solo disparo entre los tres palos en los primeros 45 minutos.
El ambiente en Dortmund era de fiesta, y cada ataque del Borussia levantaba a los aficionados de sus asientos. Para fortuna de los visitantes, el segundo gol no llegó antes del descanso, aunque lo merecía el equipo alemán. Era evidente que si no cambiaban algo, el riesgo de quedar eliminados era real.
La Tormenta Alemana No Se Detuvo Tras El Descanso
El inicio del segundo tiempo fue igual de complicado para los de Flick. Nada más reanudarse el partido, el Dortmund volvió a la carga y encontró su recompensa con el 2-0. Un córner mal defendido terminó con otro gol de Guirassy, esta vez de cabeza, y el Signal Iduna Park estalló. El Barça seguía sin reaccionar, sin ideas, y el tercer gol parecía más cerca que el primero culé.
Pero en una jugada aislada, apareció la fortuna. Un centro de Fermín desde la izquierda terminó en gol en propia puerta de Bensebaini, lo que le dio algo de aire al Barcelona. Fue el primer disparo del equipo en todo el partido, y ni siquiera lo generaron ellos directamente. Aun así, valía oro. Con el 2-1, la eliminatoria parecía más controlada.
Ese gol provocó los primeros movimientos en el banquillo. Flick metió a Pedri para recuperar algo de control en el medio. Su entrada le dio más calma al Barça, aunque no fue suficiente para evitar el sufrimiento final. También ingresaron Ferran Torres y Eric García para reforzar la defensa y contener la presión alemana.
Golpe Final Del Dortmund Y Cierre de Infarto
Cuando parecía que el Barcelona empezaba a calmar el partido, otro error lo complicó todo. A falta de quince minutos, Araujo cometió una imprecisión en la salida que terminó en los pies de Guirassy. El delantero no perdonó y completó su triplete, poniendo el 3-1 en el marcador. Faltaban solo dos goles para igualar la eliminatoria y el Dortmund se lanzó con todo al ataque.
El equipo alemán incluso marcó un cuarto gol por medio de Brandt, pero fue anulado por fuera de juego. Ya llevaban dos tantos anulados, y la sensación era de asedio total. Los últimos minutos fueron un sufrimiento constante para el Barcelona, que no podía salir de su campo y apenas lograba despejar los centros del rival.
Szczesny tuvo varias intervenciones salvadoras y la defensa culé aguantó como pudo. No fue el mejor partido del equipo de Flick, ni mucho menos, pero la ventaja conseguida en la ida terminó siendo clave. El árbitro pitó el final y, con ello, el Barça selló su pase a las semifinales por primera vez desde 2019. Lo hizo con más angustia que brillo, pero lo importante es que sigue vivo en Europa.
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— Betcris (@Betcris) April 16, 2025
Un Regreso a Lo Grande… Con Advertencias
Más allá del pase, este partido deja algunas señales de alerta para el equipo de Hansi Flick. La falta de control, las imprecisiones defensivas y la poca presencia ofensiva deben preocupar, especialmente de cara a las semifinales donde el nivel será aún más alto. Solo dos remates a portería en todo el encuentro muestran un rendimiento muy por debajo del esperado.
Sin embargo, también es cierto que la eliminatoria se resolvió con un gran trabajo en la ida. El 4-0 conseguido en casa fue determinante, y aunque la vuelta se complicó más de lo esperado, el objetivo se logró. El Barça vuelve a estar entre los cuatro mejores de Europa, algo que no ocurría desde hace seis años. Lo hace con lo justo, pero lo hace.
Ahora tendrán tiempo para recuperar energías y preparar las semifinales, donde seguramente necesitarán una versión mucho más sólida si quieren seguir avanzando. Por ahora, toca celebrar, aunque sea con el corazón aún acelerado.
