En un enfrentamiento crucial previo a los Juegos Olímpicos, el equipo masculino de baloncesto de Estados Unidos mostró una mezcla de dominio y vulnerabilidad en su victoria ganada con esfuerzo por 98-92 sobre Australia.
El juego, celebrado en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, sirvió como una prueba significativa para ambos equipos mientras afinan sus estrategias de cara a los próximos Juegos Olímpicos de París.
Davis y Booker Sobresalen
Liderando la carga para el equipo estadounidense estuvo Anthony Davis, cuya imponente presencia dentro de la pintura contribuyó significativamente con una actuación de doble-doble.
Davis terminó el juego con 17 puntos y unos impresionantes 14 rebotes, subrayando su papel crucial en el control de los rebotes y anclando la defensa del equipo. Junto a él, Devin Booker mostró su destreza en el tiro, sumando 16 puntos al marcador, mientras que el estilo de juego dinámico de Anthony Edwards contribuyó con otros 14 puntos.
Sin embargo, fue la actuación decisiva de Tyrese Haliburton la que aseguró la victoria para los estadounidenses. Los triples consecutivos de Haliburton durante un tramo crítico en el último cuarto detuvieron el impulso de Australia y ayudaron a restaurar la ventaja del equipo estadounidense, demostrando su habilidad para rendir bajo presión.
Sus canastas oportunas llegaron en un momento crucial cuando Australia había reducido la desventaja a solo seis puntos al final del juego.
A pesar de su ventaja dominante al principio del enfrentamiento, el equipo estadounidense enfrentó a un determinado equipo australiano liderado por Jock Landale, quien anotó 20 puntos, la mayor cantidad del juego.
Josh Giddey contribuyó con 17 puntos y Dyson Daniels agregó 14, destacando la resistencia de Australia y su capacidad para reaccionar después de estar perdiendo por hasta 24 puntos en el tercer cuarto.
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— USA Basketball (@usabasketball) July 15, 2024
Áreas de Mejora
Reflexionando sobre el juego, el entrenador estadounidense Steve Kerr señaló las pérdidas de balón y los lapsos defensivos como áreas críticas que necesitan mejorar. Los estadounidenses cometieron 18 pérdidas de balón durante todo el juego, permitiendo que Australia capitalizara con 25 puntos a partir de pérdidas en el segundo tiempo solo.
Kerr enfatizó la importancia de una mejor ejecución y mantener el enfoque en futuros enfrentamientos para minimizar errores. “En el tercer cuarto, empezamos a perder el balón”, dijo el entrenador de Estados Unidos. “Nos hicieron muchos puntos cerca del aro. Cortes hacia atrás, rebotes ofensivos y demás, el juego cambió.”
“Es una buena lección para nosotros. Mejor aprender esa lección ahora que más adelante. Y este será un buen vídeo para que lo veamos. Pero le doy mucho crédito a Australia. Fueron excelentes. Lucharon. Fueron realmente físicos. Nos superaron en el último cuarto y medio y realmente convirtieron el juego en una pelea”, terminó diciendo.
La profundidad de talento dentro del equipo estadounidense fue evidente, especialmente en su segunda unidad con Haliburton, Jrue Holiday, Bam Adebayo, Davis y Booker. Esta unidad rotó efectivamente dentro y fuera del juego, manteniendo la presión ofensiva y la integridad defensiva, lo cual resultó crucial para asegurar la victoria.
A pesar de su éxito en la cancha, las preocupaciones por lesiones pesaron mucho para el equipo estadounidense. Kevin Durant se perdió su segundo juego consecutivo debido a una distensión en la pantorrilla, lo que plantea dudas sobre su disponibilidad para futuros enfrentamientos.
Además, Derrick White estuvo fuera después de unirse al equipo, y la retirada de Kawhi Leonard del roster debido a problemas continuos en la rodilla resaltó los desafíos continuos en la estabilidad del roster y la preparación de los jugadores antes de los Juegos Olímpicos.
En general, mientras que el equipo estadounidense celebró su racha invicta en la serie de exhibición y las lecciones valiosas aprendidas de su enfrentamiento contra Australia, siguen enfocados en abordar áreas clave de mejora mientras se preparan para competir en el escenario global en París.
